Grupo de Investigación
CAUSALIDAD Y LIBERTAD:
hacia una teoría de la acción personal

                                                «La consideración arqueológica (de la potencia natural) es el orden recibido. Cuando el hombre capta ese orden, se entiende como ordenado, como detentador de una ordenación de la que él no es autor, sino que le ha sido otorgada. Por otra parte, el ser humano es capaz de introducir órdenes nuevos, y eso es el encuentro de organizaciones nuevas. Seguramente hay una vinculación más estrecha entre ambas dimensiones (la arqueológica y la futurista), entre el hombre como lo ordenado y el hombre como ordenador, el hombre en cuanto beneficiario de la causa final y en cuanto beneficiante, porque no se puede hacer una a costa de la otra y, además, porque la primera posibilita la segunda, pues está abierta potencialmente.»

LEONARDO POLO, La esencia del hombre, Obras completas, Vol. XXIII, pp.234.

 
Hacia una teoría de la acción personal 

Desde que Hume eliminó la causalidad metafísica como una noción filosóficamente válida y, con él, Kant la restringió al ámbito de la física, han emergido las dificultades que se siguen de expulsarla, tanto en la filosofía como en las ciencias naturales y sociales. Se ha abierto una brecha insuperable entre el mundo de los hechos científicos y el de los valores morales y estéticos . Por su parte, el causalismo mecanicista de eventos –eventos que provocan eventos– no ha hecho justicia a una visión completa de la dinámica interna de la materia. Ante tal panorama, se hace necesario encontrar una articulación entre voluntariedad y racionalidad, que supere visiones reductivas incapaces de dar cuenta del origen de la acción humana, y de la síntesis de elementos que hace de ella algo único e irreductible dentro del orden del mundo.

Con la idea aristotélica de que “el agente libre es causa sui”, Tomás ofrece respuestas a cuestiones de la filosofía de la acción contemporánea y abre una puerta de acceso al conocimiento de la subjetividad humana. En su obra, el agente es libre en tres sentidos: eficiente, formal y final de sí mismo. La radicalidad del planteamiento del Aquinate ofrece una alternativa contundente al determinismo moderno combatido por Anscombe; y una solución a las controversias antiguas y medievales sobre el fatum y la providencia divina. Comparado con Aristóteles, el pensamiento de Tomás disuelve más enérgicamente el antiguo determinismo griego . Y con todo, desde el corpus thomisticum, se entiende la advertencia de Leonardo Polo: el modelo causalista no expresa lo más radical de la libertad humana, su carácter personal.

Estamos ante el reto de encontrar la articulación de la acción humana atravesada de sentido trascendente.

 
Nuestras preguntas de investigación

El proyecto busca responder a las siguientes preguntas

  1. La causalidad es un concepto que cruza la historia del pensamiento. Tomando en cuenta los matices que este concepto ha acumulado a través de los siglos, ¿es posible afirmar que “somos causa de nuestros actos libres”? Si es así, ¿en qué sentido lo somos y en qué no?
  2. Los análisis de la teoría de la acción asumen de una u otra manera la noción de “agente libre”. ¿Es posible determinar los alcances, los límites, las partes estructurales y el crecimiento de esa agencia?
  3. La libertad ha ocupado un lugar central en la antropología filosófica, la filosofía moral, la experiencia histórica y sociológica, y los más recientes avances de la neurociencia. ¿Qué hay en la libertad que rebase las categorías propias de la causalidad? ¿qué repercusión tiene la acción libre en la persona y en su despliegue social?
 
Investigadores
Dra. Teresa Enriquez, Universidad Panamericana (tenriquez@up.edu.mx)
Dr. Alberto I. Vargas, Inner Institute (albertovargas@innerinstitute.org)
Dr. Pablo Sahagún Kunhardt, Universidad Panamericana (psahagun@up.edu.mx)
Doctorando Octavio Vicens, Universidad de Piura (octavio.vinces@gmail.com)